La vitamina C (también conocida como ácido ascórbico) es una vitamina soluble en agua, esencial para el cuerpo humano. Todos necesitamos vitamina C, seas un atleta que entrene muy duro o una persona que solo quiere mantenerse en forma. Es de las vitaminas más seguras e importantes que deberías estar consumiendo diariamente. La primera cosa que vienen a la mente cuando alguien enferma de gripa, es consumir vitamina C, entonces, ¿por qué no tomarla antes que esto ocurra?
Estudios recientes muestran que manteniendo una ingesta diaria suficiente de vitamina C se reduce potencialmente la probabilidad de una gripa o resfriado, permitiéndote continuar con tus entrenamientos a lo largo del año sin tener que detenerte por que te enfermaste.
La vitamina C es crítica para generar una respuesta inmunológica apropiada, está involucrada en diversos aspectos del sistema inmunológico, incluyendo la actividad antimicrobiana, la proliferación de linfositos, quimiotaxis, y la hipersensibilidad retardada. También es necesaria para mantener la integridad de las células, lo que ayuda a protegerlas de los radicales libres. Presente en las células inmunológicas, la vitamina C apoya la liberación de citocinas y la eficiencia de los monocitos, sin embargo, cuando enfermas, estos depósitos se depletan rápidamente, por ello es que frecuentemente es consumida cuando se presenta alguna tos, gripe o resfriado.
Aparte es un antioxidante, los antioxidantes son nutrientes que bloquean el daño ocasionado por los radicales libres evitando el estrés oxidativo. Estos radicales libres se liberan como consecuencia de entrenamientos exhaustivos y cuando transformamos comida en energía. Debido a los efectos protectores y antioxidantes de la vitamina C, esta puede reducir el envaramiento al inhibir la acumulación de creatina cinasa y de ácido láctico deshidrogenasa (LDH), causantes del dolor y daño muscular. También puede reducir el impacto de químicos tóxicos o contaminantes como el humo del cigarro, por ejemplo.
Adicional a todo lo anterior, la vitamina C es un cofactor requerido para la actividad de ciertas enzimas, esta actividad y sus reacciones están relacionadas con la síntesis de colágeno, el envío de grasas hacia la mitocondria para la producción de ATP, la síntetis de neurotransmisores como la norepinefrina y dopamina, y el metabolismo de las proteínas. Como resultado, suplementarse con vitamina C, hará que aumente la asimilación y absorción de las proteínas que consumas, a la par que tus tendones se fortalecen y mejora el aspecto de tu piel, e incluso tu humor, y facilitará la transformación de grasas en energía.